La Rosa de Jericó, una planta mágica de origen en los desiertos de Oriente Medio, se destaca por su capacidad para limpiar y transmutar energías densas en vibraciones más elevadas.
Reconocida como la planta mágica de la resurrección, puede pasar de un estado seco a uno vigoroso y verde al entrar en contacto con el agua. Colocada en un recipiente de materiales naturales, como barro o cristal, y sumergiendo sus raíces en agua, la Rosa de Jericó realiza funciones de limpieza energética. La preferencia por lugares iluminados y húmedos la convierte en una protectora y armonizadora del hogar, atrayendo salud, suerte y fortuna.
Se considera una planta mágica en Feng Shui y se recomienda tenerla en cada hogar.